viernes, 22 de junio de 2012

El cuerpo dispone de fuerzas de autorregulación y autocuración

Las fuerzas de autocuración se manifiestan en:

1) La regulación homeostática de la totalidad de las funciones vitales del organismo.
2) La inmunidad congénita o adquirida frente a los agentes patógenos.
3) La curación de los tejidos del cuerpo dañados.
4) La corrección de lesiones consecuencia de las influencias externas dañinas.
5) La compensación de daños irreparables.

El cuerpo se esfuerza continuamente en fijar las toxinas, desintoxicarlas y eliminarlas de forma que, por ejemplo, pueda funcionar sorprendentemente bien a pesar de decenios de alimentación incorrecta. Sin descanso, busca y reconoce las células envejecidas o degeneradas, las destruye y sustituye  por células nuevas en pleno funcionamiento. Las bacterias perjudiciales son atacadas y se forman anticuerpos específicos contra ellas. Las heridas son cerradas y se reparan las lesiones en ligamentos, articulaciones y huesos. Estas fuerzas de autocuración, por su parte, son independientes de los factores congénitos y del entorno, de la alimentación, el estilo de vida, la estructura psíquica y el ambiente social.

La aparición de enfermedades depende de las fuerzas de defensa y autocuración del organismo y de la potencia de las influencias tóxicas. En caso de que los agentes o las sustancias sean especialmente tóxicas, pueden aparecer inmediatamente síntomas de enfermedad.

A partir de un cierto nivel o bien cuando la acumulación de influencias patógenas menos potentes (la constitución genética, las influencias fetales, los traumatismos del nacimiento, los accidentes, la alimentación, las enfermedades anteriores, los factores medioambientales, las vacunas, el estrés físico y psíquico) ha sobrepasado unos límites, la capacidad de compensación y defensa del organismo está tan reducida que puede ser superada por un nuevo factor o desencadenante. Aparece entonces un síntoma o una enfermedad. Gracias a la eliminación terapéutica de ciertos factores patógenos de este tipo, el organismo puede recuperar las suficientes posibilidades de compensación y estar en disposición de curarse a sí mismo.
por Torsten Liem   





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